La
práctica habitual de ejercicio físico moderado contribuye al mantenimiento de
un buen estado general de salud, ayuda a prevenir el sobrepeso y la
obesidad, favorece la relajación y la descarga de la tensión y nervios que a
menudo acumulan entre semana, aprenden que conseguir objetivos requiere una
etapa de aprendizaje, sacrificios y esfuerzo y previene el exceso de
tiempo dedicado a alternativas lúdicas sedentarias y pasivas.