Conforme pasan los años nuestras capacidades cognitivas (son aquellas que se refieren a lo relacionado con el procesamiento de la información, esto es la atención, percepción, memoria, resolución de problemas, comprensión) van disminuyendo. Según un estudio de la Facultad de Medicina de Wake-Forest, mantenerse activo mejora estas capacidades cognitivas ya que aumenta el tamaño del cerebro. Se observó un aumento de la materia gris en casi todas las áreas cerebrales, incluida una de las más importantes, el lóbulo temporal, que es la zona encargada de la memoria a corto plazo. Además, también se ha mostrado una mejor función ejecutiva, es decir, las habilidades por las que controlamos nuestros comportamientos y la organización diaria.