La actividad física se considera
un reflejo del estado de salud y de la calidad de vida de la persona, por lo
que cuesta comprender cómo un joven aparentemente sano puede morir a pesar de
mostrar una gran vitalidad en su actividad física actual. En los últimos años,
el número de casos se ha visto incrementado por las distintas enfermedades
cardiovasculares en jóvenes aparentemente sanos, correspondiéndose entre el 74% y 94% de las muertes no traumáticas.