Lo más inmediato, es estirar el músculo hasta que se relaje. También se puede optar por poner hielo sobre el músculo afectado e ingerir agua para mejorar la hidratación. Los medicamentos sólo serán necesarios en casos extremos si el músculo no responde, pero la recomendación, son los estiramientos y los masajes. Estimular el flujo de sangre con el movimiento de la pierna también contribuye para aliviar la molestia.