miércoles, 11 de enero de 2017

Embarazadas con mancuernas

Cristina levanta sobre su cabeza una barra con dos discos de 35 kilos cada uno. Repite. Después hace una serie de dominadas, colgada de una barra y flexionando los brazos. Luego tocan las sentadillas. Y así, dos horas al día. Cristina es entrenadora del Box Bulls Factory de Churriana de la Vega (Granada), un gimnasio especializado en crossfit, disciplina de alta energía que combina carrera, halterofilia y gimnasia. La intensidad de su entrenamiento aumenta porque lleva un lastre muy especial: la barriga. Está embarazada de 9 meses y no ha parado; eso sí, adaptando el ejercicio a los cambios de su cuerpo para no comprometer el bienestar del bebé. Hasta ha mejorado su rendimiento: ahora levanta 20 kilos más en peso muerto. «Me siento más fuerte, por las hormonas», confiesa. ¿Imprudente? Para nada. «Las contraindicaciones del ejercicio durante la gestación se pueden contar con los dedos de la mano», asegura la ginecóloga Olga Ocón. Al contrario: los científicos cada vez están más convencidos de que un entrenamiento de moderado a intenso –depende del estado de forma previo– mejora la salud de la madre y del futuro bebé. «No hay que comer por dos; hay que entrenar por dos», zanja el médico del deporte Ángel Gutiérrez.