Seguramente has leído u oído la recomendación de beber un mínimo de dos litros de agua al día, por razones de salud o que usar la sed para controlar vuestros hábitos de ingestión de fluidos no es adecuada para mantenernos hidratados adecuadamente o que las bebidas cafeinadas como el café pueden producir deshidratación, pues lo cierto es que ninguna de estas tres afirmaciones son completamente ciertas.