El hábito de fumar es la mayor fuente de fallecimientos e incapacidades hoy día a nivel mundial. La nicotina es un estimulante que funciona distribuyendo una sustancia química cerebral que produce sensación de placer. La nicotina deprime la capacidad del cerebro para experimentar placer a largo plazo. De ahí que los fumadores necesiten mayores dosis de nicotina para experimentar los mismos niveles de satisfacción. Tan pronto como dejes de fumar, tu cuerpo te lo va a agradecer profundamente y va a emprender una tarea de reparación del daño que el consumo de tabaco le ha provocado.