Las carnes procesadas contienen más sodio, aditivos como
nitratos y nitritos y también, son fuente de mayor proporción de grasas muchas
veces de mala calidad. Incluso, pueden esconder azúcares añadidos.
Por eso, no sólo se han vinculado a más riesgo de cáncer
sino que en este caso las carnes procesadas, y no las frescas, son las que se
asociaron a mayor riesgo de pérdida de habilidades físicas como la agilidad o
la movilidad de extremidades inferiores.