Debido al carácter leve de este tipo de dolencias, el tratamiento de una contractura muscular se basa en seguir unas sencillas pautas, gracias a las cuales se pueden minimizar e incluso eliminar sus efectos sin necesidad de grandes rehabilitaciones: alejarse del mecanismo lesional, si un ejercicio o la repetición de un gesto crea una contractura, es conveniente evitarlo, el reposo, en muchas ocasiones, es el mejor método de curación, la aplicación de calor seco y los masajes, que son el método más eficaz y natural de todos.