Se puede practicar actividades lúdicas, adaptadas a su edad y adecuadas
para su desarrollo como la piscina, actividad que los bebés pueden
practicar desde los 4 meses. La experiencia aporta mucho a los bebés:
concentración, capacidad de percepción y de coordinación, confianza en sí
mismos y en los demás,independencia, por no hablar de los efectos beneficiosos
para el sueño y el bienestar general. El objetivo no es enseñarles natación, sino el descubrimiento de las habilidades sensoriales, motrices y físicas que
ofrece el contacto con el agua.También está el yoga para bebés. Aparte del
contacto privilegiado que proporciona entre padre e hijo, que nos puede ayudar
a aliviar tensiones o conflictos el yoga también proporciona a los niños relajación, mejora el descanso y ayuda con los problemas digestivos.