Se puede decir que poseer un buen estado físico
contribuye a cada persona en una sensación de bienestar generalizada, teniendo más energia y gozando del deseo de hacer más cosas en un
día.
Una persona que se mantiene activa, quema más calorías
que una que lleva una vida sedentaria. Al
disponer de un buen estado físico, esa persona es apta para hacer
ejercicios de intensidad sin la necesidad de esforzarse tanto como una
que no está bien acondicionada. Quien posea un buen estado físico cuida su corazón, pulmones, huesos y
articulaciones, así como también se protege frente a enfermedades como
la diabetes.