Los deportistas, tras haber
ingerido grandes niveles de bebidas energéticas se sienten con ''más
fuerza, potencia y resistencia'', según un experto. Sin embargo, las bebidas
energéticas aumentan la frecuencia de insomnio, nerviosismo y el nivel de
activación en las horas siguientes a la competición. Al contrario de lo que
indica su nombre comercial, las bebidas energéticas no aportan más energía de
la que hay en otras bebidas como los refrescos (~40 kcal/100 mL de producto),
pero tiene un efecto ''energizante'' relacionado con la estimulación producida
por la cafeína.