En general, los deportistas que consumen esteroides anabolizantes androgénicos (EAA) son los que compiten en
disciplinas que exigen potencia, fuerza, tamaño y velocidad musculares, alegando
que aumentan la confianza en uno mismo, elevan el umbral del dolor y la
alerta mental y reducen la sensación de fatiga.
Pero sus consecuencias son negativas y peligrosas. En diversos estudios se ha llegado a la conclusión de que los EAA
pueden causar depresión, cambios psicológicos y del comportamiento, trastornos del sueño, anorexia, retraso psicomotor,
alucinaciones visuales y auditivas, confusión, ansiedad crónica y
agorafobia moderada en los deportistas. Otros efectos físicos son
dolor de espalda, atrofia testicular, caída del pelo, alteraciones
visuales, hipertensión y soplos cardiacos