Cuando un deportista padece la llamada "pierna corta" (presencia de un hueso de menor longitud en el miembro afectado), este sufre de acortamientos y dolores que hacen necesario el uso de plantillas especiales y de tratamientos periódicos. Sin embargo, existe un síndrome donde, debido a una contractura muscular o un problema a nivel estructural, se origina un acortamiento o alargamiento aparente de una de las piernas, algo más frecuente en corredores o ciclistas. Este síndrome puede corregirse acudiendo a un especialista, pero también hay diversas formas de prevenirlo, como siguiendo una adecuada rutina de estiramientos y un correcto cuidado de la musculatura.