Según muestran los resultados de dos experimentos realizados con ratones, las consecuencias negativas que tiene el alcohol sobre nuestro organismo pueden rebajarse únicamente realizando un poco de ejercicio anaerobio.
Por ejemplo, al correr, aumentamos la neurogénesis mejorando la salud de las mitocondrias cerebrales que han sido dañadas por los efectos del alcohol; produciéndose así un equilibrio en el total de las células cerebrales.
Por ello, se recomienda realizar ejercicio tras la ingesta de alcohol ya que, además de ayudar en la formación de nuevas neuronas, provoca que sudemos; favoreciéndose asi la eliminación de toxinas de dicha droga mediante el sudor.