Según los datos
de la OMS de 2015 casi un 60% de la población mundial tiene un
estilo de vida sedentario y en este porcentaje afecta principalmente a la
mujer. La falta y ausencia de actividad física como hábito cotidiano en nuestra
vida puede tener graves consecuencia, en el caso de la mujer provoca un aumento
de los síntomas propios de la menopausia, especialmente los vinculados con el
insomnio, la depresión, la ansiedad y el aumento de peso. Tal y como se ha
conocido a través de diferentes estudios este sedentarismo provoca riesgos tanto
en la salud física como mental.